martes, 21 de junio de 2011

La historia de la noche.

Dice la gente que no es sabedora, que guarda la noche muchos y grandes peligros, que es la noche cueva de ladrones, lugar de sombras y temores. Eso dice la gente que no sabe. Pero vos debés saber que el mal y el malo no se andan ya escondidos tras los negros pliegues de la noche, ni se guardan más en cubiles. No, el malo y el mal andan a cielo abierto y caminan el día impunemente. Habitan el mal y el malo en los grandes palacios del Poder, poseen fábricas, bancos y grandes comercios, visten ropas de senadores o diputados, son presidentes de las distintas repúblicas que en estas tierras duelen, y hablan como si no fueran el mal y el malo quienes hablan. Esconden el mal y el malo su gris pestilencia debajo de mil colores y andan las modas que ellos mismos decretan.

Sí ­dice el Viejo Antonio exhalando una redonda voluta de humo­, no se esconden ya el mal y el malo, ahora se muestran y hasta se hacen gobierno. Pero no fue siempre así. Hubo antes un tiempo en que el mal y el malo no se andaban el día. Es más, nadie andaba el día porque el día no se hacía todavía. Era el tiempo en que todo era noche y agua, y todo y todos se estaban dentro de la noche, nada ni nadie se salía. Cuentan los viejos más viejos de los viejos que los seres todos se estaban dentro de la noche y no hacían más que caminarla de una a otra orilla, pero sin pasar nunca al otro lado. No porque no quisieran, era porque no había todavía otro lado, sólo noche grande y en silencio. Cuentan también que en la noche fue que se reunieron por vez primera los más grandes dioses, los que nacieron el mundo, los más primeros. Algunos dicen que fue su primer acuerdo hacerse el día porque bueno vieron que se hubiera el día y que a la noche siguiera. Pero no así fue, no. El primer acuerdo que sacaron los más primeros dioses fue expulsar de la noche al mal y al malo. Cuentan los más viejos que muchas y grandes razones se dieron los primeros dioses, para tomar la decisión de expulsar al malo y al mal de la casa de la noche. Habló, dicen, el Tepeu, el vencedor de todas las batallas, y claro dijo que ni la noche ni el mundo que habrían de parir los dioses eran lugar para el mal y el malo, y que aunque largo tardaran, había que luchar para sacar al malo y al mal de todo.

Gucumatz, de alargado cuerpo y plumas de quetzal vistiéndola, la más grande sabedora, dijo que la noche es para hacerse cosas buenas y el mal y el malo lo impedían. Mucho hablaron los primeros siete dioses, los más grandes, que siete veces eran dos en uno. Al final acuerdo sacaron de que el mal y el malo debían ser expulsados de la noche y arrojados muy lejos, donde ninguna memoria los alcanzara. Eso acordaron los dioses más grandes, los que nacieron el mundo, los más primeros. Ese fue el primer acuerdo, cuando el mundo no era todavía, ni el día, ni nada, cuando todo era noche nomás y agua negra que en silencio se estaba. Esto cuenta los más viejos de los viejos, que es donde las comunidades van escribiendo sus historias pasadas. En los más viejos de los pueblos, como cajitas que hablarán luego, guardan los hombres y mujeres de maíz las historias de cómo y para qué fue hecho todo.

Y cuentan los más viejos de los viejos que al primer acuerdo se siguió el primer problema: no había adónde expulsar al mal y al malo, porque en ese tiempo sin tiempo, toda era noche y agua, nada estaba hecho todavía, nada se hacía, todo esperaba su hora. Entonces los dioses primeros se volvieron a reunir y vieron que primero tenían que hacerse las cosas y los lugares, y que sólo entonces tendrían un lugar a dónde expulsar al mal y al malo. Fue así como fueron hechas las cosas todas, como el día de la noche fue nacido, al igual que las mujeres y hombres de maíz, y fueron hechos los pájaros y los animales y los peces y hubo movimiento en tierra, mar y cielo y el mundo se echó a andar, y aunque recién nacido, el mundo despacio se empezó a andar porque mucha era la carga con la que su larga jornada empezaba. Y algo cansados quedaron los dioses primeros, porque mucho fue lo que se nacieron, un mundo pues, y dentro de ese mundo había de por sí muchos mundos y todos diferentes y otros y, sin embargo, mundos del mundo. Tan agotados quedaron los más grandes dioses que olvidaron que su acuerdo había sido expulsar al mal y al malo de la noche y mandarlos muy lejos, donde nos los alcanzara memoria ni recuerdo alguno. Se acordaron los primeros dioses de lo que habían olvidado y buscaron al mal y al malo para, con su grande grandeza, expulsarlos. Los buscaron por toda la noche y no los encontraron, todos y cada uno de los rincones nocturnos fueron revisados y nada que aparecían el mal y el malo. Y es que, cuentan los más viejos de los viejos, el malo y el mal habían aprovechado la confusión de cuando todo se estaba naciendo por vez primera y, por una rendija, se habían escapado de la noche para llegarse al día y en él se habían escondido bajo el disfraz de gobernantes. Cada tanto, a lo largo del tiempo en el que camina el tiempo, el mal y el malo mudan de ropaje para, sin dejar de ser Poder y gobierno, aparentar que son otros siendo como son, los mismos.

La noche quedó pues, ahora con sus orillas y sus puertas y ventanas, nació su propia vida y se fue construyendo las luces que en la oscura nagua le cuelgan. Tiene la noche sus sombras, es cierto. Pero, sombras de la sombra, los hombres y mujeres que en la montaña la habitan y cuidan, tienen su propios destellos y, a su modo, también alumbran. Eso cuentan los más viejos de los viejos. Y cuentan que todavía andan los dioses primeros buscando al mal y al malo por la noche toda, y que es común encontrarlos levantando alguna piedra, sacudiendo alguna nube somnolienta, haciéndoles cosquillas a la luna o arañando estrellas, todo para ver si el mal y el malo no se han escondido por ahí.

Cuentan también que, cuando se cansan de buscar, los dioses primeros se reúnen, juntan un montón de estrellas sobre el negro fogón de la montaña y, con la lumbre azul y nácar, se hacen su bailadera y su cantadera y la marimba de hueso, madera y luz que tocan llena la noche que se nace en las montañas del Sureste mexicano. Hacen así porque cuentan que el mal y el malo no gusta del baile y del canto, y que lejos se huyen cuando se organizan alegrías en estos suelos.

Y cuentan los más viejos de los viejos que los dioses primeros escogieron a un grupo de hombres y mujeres para que buscaran al mal y al malo por el mundo todo y para que, encontrándolos, lejos los mandaran. Y cuentan que, para que nadie lo supiera, escondieron la grandeza de esos hombres y mujeres en pequeños cuerpos y de moreno los pintaron para que anduvieran la noche sin miedo y para que en el día tierra fueran de la tierra. Y para que no olvidaran que la noche fue la madre y el inicio y casa y lugar de los dioses primeros, de negro les vistieron el rostro para que sin rostro quedaran y llevaran, aun de día, un pedazo de noche en la memoria.

Eso cuentan los más viejos de los viejos ­dice el Viejo Antonio, forjando un nuevo cigarrillo. Después de encenderlo, sopla y reaviva la palabra:

Estos hombres y mujeres de quienes tanto se cuenta son los que llaman "verdaderos" y empezaron a buscar al mal y al malo en la noche, junto a los dioses primeros. Pero alguna vez tendrán que salir al día para también ahí buscar y encontrar al malo y al mal. Saldrán y entrarán del día a la noche por la puerta mejor, por la madrugada...

Se queda en silencio el Viejo Antonio. Arriba la madrugada empieza a ceder ante el implacable cortejo del sol. Un último suspiro deshace el último rincón oscuro y, después de haber dejado las huellas de sus uñas en la espalda de aquel cerro, el sol se encarama en la loma más alta.

El Viejo Antonio se incorpora, estira sus piernas, revisa el filo doble de su machete y dice:

­ Vámonos, pues.

­ ¿Vámonos? ­pregunto­. ¿No estábamos esperando algún animal para cazarlo o algo así?

­ No ­responde el Viejo Antonio sin detenerse­, no estábamos cazando ningún animal; estuvimos velado por si el mal y el malo aparecían.

Recorrimos el camino de regreso rápidamente. Cuando salimos al potrero, a media loma, el día ya envolvía toda la cañada, las últimas gotas de lluvia eran derrotadas y un montón de gallos, más que cantar, alertaban.

El Viejo Antonio paró un poco y señalando a lo lejos, a occidente dijo:

­ Esta es la hora en que el mal y el malo reinan. No se ocultan ya, en el día caminan y de día apestan y pudren lo que tocan. En la noche no. La noche... la noche es nuestra.

En silencio queda el Viejo Antonio, y en silencio cubrimos la última legua que nos separaba de su champa. Cuando llegamos, la Doña Juanita llegaba también, con un tercio de leña a la espalda. Mientras lo bajaba, la Doña Juanita preguntó:

­¿No aparecieron, pues?

­ No, pues ­respondió el Viejo Antonio, mientras le ayudaba a desanudar el mecapal y a apilar la leña contra una de las paredes de la champita.

­ Habrá que seguir velando ­dice la Doña Juanita, mientras junta algunas brasas aún anaranjadas y llama al fuego.

­ Sí, pues, habrá que seguir velando ­dice el Viejo Antonio, mientras vuelve a afilar con la lima la doble lengua del machete.

Afuera el día seguía agazapado, sin entrar a la champa del Viejo Antonio, como si supiera que ahí dentro se velaba en la búsqueda del mal y el malo, como si temiera que ahí dentro, en el fuego que la Doña Juanita alimentaba, otro día y otro mañana se forjaran...

miércoles, 15 de junio de 2011

La guerra de Calderón… y cómplices

Al levantar el plantón en exigencia de justicia por la muerte de un grupo de jóvenes, entre ellos su hijo Juan Francisco, una de las primeras acciones de la movilización que ha llevado a la Caravana a Juárez y a la firma del Pacto por la Paz, Javier Sicilia leyó un texto, el 13 de abril, en Cuernavaca. Dijo el padre del joven asesinado: “frente a la violencia de todo tipo que se ha apoderado del país, frente a esta guerra mal planteada, mal hecha y mal dirigida, que lo único que ha logrado, además de sumirnos en el horror y el crimen, es poner al descubierto el pudrimiento que está en el corazón de nuestras instituciones, frente a toda esta locura que tiene desgarrado el tejido y el suelo de nuestro país, uno se pregunta: ¿Dónde están los gobiernos y sus poderes, dónde está la clase empresarial de la nación, dónde la Iglesia católica y la otras Iglesias que dicen custodiar nuestra vida espiritual, dónde está la dignidad sindical que dice guardar la nobleza de los trabajadores y dónde los partidos políticos que dicen tener un programa para la nación? ¿Dónde los ciudadanos que abandonándonos al cuidado del pudrimiento de las instituciones no hemos tomado en cuenta la lección zapatista de organizar en asambleas reconstituyentes nuestros barrios, nuestros pueblos, nuestras colonias para crear gobernabilidad? Todos y cada uno de ustedes y de nosotros tenemos graves omisiones y complicidades criminales maquilladas de legalidad que nos han sumido en el caos y, como le dijo el poeta Mandelstam a Stalin, nos hacen ya no sentir el suelo bajo nuestros pies.”
Javier Sicilia apeló al sentido de responsabilidad: El gobierno que está mal gobernando este país lo ha hecho porque el resto del país no se lo hemos impedido. No obstante, las voces que piden centrar la culpa sólo en Calderón intentan simplificar la cuestión en una persona o un pequeño grupo, algo así como “la mafia que nos robó la presidencia”. La simplificación es un desliz que en el pecado lleva su penitencia.
De los partidos políticos, todos, dijo Javier Sicilia: “Hasta ahora, sumidos en sus intereses, empantanados en sus pequeñas y mezquinas ambiciones ideológicas, mediáticas y electoreras, empeñados en idioteces, lejos de detener esta violencia demencial están despojando a nuestros jóvenes de la esperanza y de sus sueños, y les están mutilando su creatividad, su libertad y su paz.
“Los partidos políticos tienen gravísimas omisiones frente al crimen organizado. Esas omisiones han sido la moneda de cambio para acomodarse aquí y allá, erosionando las instituciones e hiriendo gravemente a la nación. (Cualquier lector de Proceso ha visto esa complicidad con el crimen al menos de los tres partidos más importantes: PAN, PRI y PRD.)
“Los gobiernos, me refiero al ejecutivo y legislativo de la Federación, de los estados y de los municipios, han mantenido impune a una buena parte de la mal llamada clase política porque no han sido capaces de independizar al poder judicial de la política y con ello han protegido intereses y complicidades criminales. (…) Son omisos también porque en nombre de una guerra absurda están destinando presupuestos multimillonarios para alimentar la violencia y, al quitárselos a la educación, al empleo, a la cultura y al campo, están destruyendo el suelo en el que la sobrevivencia y la vida pública tienen su casa.”
Ahora que la Caravana a Juárez tiene un documento como punto de partida para discutir cómo parar la guerra, la militarización y la violencia, hay quienes intentan simplificar las cosas: El chivo emisario sería Felipe Calderón y en él se dejarían las responsabilidades de muchísimas personas más que también han jugando su papel en la guerra. Los partidos políticos –todos– tienen cuotas de poder en el gobierno federal, los estatales y municipales. Han dejado que el presupuesto sea destinado a la guerra, que la militarización se verifique en sus estados, bajo gobiernos de todos los colores partidarios. Ningún gobernador se ha opuesto a la estrategia militarista, la han abrazado. Ninguno ha hecho justicia a las víctimas. Incluso Ebrard usa el despliegue público de patrullas y policías como estrategia electoral, con foto en la portada de La Jornada.
Pero la tradición de pedir “juicios políticos” pide uno para Calderón, con lo que darían la oportunidad a los legisladores –a quienes le aprobaron el presupuesto y a quienes no le impidieron sacar al ejército a las calles– de hacer un circo mediático con fines electoreros. La justicia convertida en propaganda electoral es una manera de pelear sus cuotas de poder usando a las víctimas como monedas de cambio.
Y cada uno de los ciudadanos ¿dónde hemos estado? Cada cuál puede contestar “Yo no fui”: Los que no votamos porque “yo no participé en esa farsa”. Los que votaron por otro candidato porque “yo no voté por él, mi presidente es el legítimo”. Los que han votado por el PAN porque “votamos por el cambio”, y los elegidos traicionaron a sus votantes. Nunca ha dejado de asombrarme cómo la partidización permite escabullir las responsabilidades y cargarlas al de enfrente: Si los gobernantes panistas destrozan el país, los priistas y los perredistas piden ahora el voto para ellos, escondiendo su complicidad en la destrucción. Pero en los hechos, cuando hay represión, como en Atenco y Oaxaca, y en la contrainsurgencia contra el EZLN y sus comunidades autónomas, vemos a los diferentes niveles de gobierno y a funcionarios de todos los partidos políticos (PRD, PRI, PAN, etcétera) actuar juntos, muy unidos.
Especialmente criticamos la irresponsabilidad del espectro electoral que se reclama de izquierda por su silencio cómplice con los gobiernos de sus partidos, a quienes han llevado al poder con sus votos, pero eximen cada vez que señalan la responsabilidad solamente del PRI y el PAN. La estrategia represiva y criminalizadora contra los pobres en la Ciudad de México fue traída desde Nueva York por Rudolph Guiliani, pagado por López Obrador, y con ella se ha usado a la fuerza pública contra los de abajo para favorecer a empresarios del salinismo, como Carlos Slim, durante los gobiernos de López Obrador y Ebrard. No obstante, los columnistas de ese espectro electoral juzgan al Movimiento por la Paz desde el rasero de si apoya o no a su candidato.
En el discurso varias veces citado dijo Javier Sicilia: “No es posible que en esta nación tengamos al empresario más rico del mundo y a 50 millones de hombres, mujeres, niños y niñas, despojados y sumidos en la miseria. Hoy somos testigos de una guerra entre los gigantes de la telecomunicación, una guerra tan imbécil y absurda como la que vivimos entre el crimen y el gobierno, y ya no sabemos bien si su disputa es por los mercados, por el espectro o por saber quien logra expoliar más a los mexicanos.”
Es la guerra que enfrenta a Carlos Slim y su grupo con Televisa- TV Azteca y su grupo. La polarización electoral, en gran medida, gira económica, mediática y políticamente alrededor de esos dos grupos oligárquicos. El discurso de oposición a toda corrupción es bastante poco creíble viniendo de quien es amigo y socio de negocios, en la Plaza Guadalupana, de Carlos Slim y Norberto Rivera: López Obrador.
Sin embargo, pretenden que el apoyo a su candidato sea el rasero para considerar a alguien o no de izquierda.
El Movimiento Nacional por la Paz irá al fracaso si no supera la lógica partidaria. Lo ilegítimo no es solamente un hombre en un cargo, llámenle “titular del Ejecutivo” o como gusten. Lo ilegítimo es el régimen, e incluso algo más amplio el Estado garante de los intereses de los más ricos (como Slim) y destructor de los intereses de todos los demás, no solamente por “una mafia” sino por una oligarquía nacional y transnacional cuyos intereses no ha tocado ningún gobierno, ni los del PRD.
Lo que hay que cambiar no es meramente el partido o el inquilino en Los Pinos, sino el entramado social y político entero. De lo contrario, terminaremos con el “voto de castigo” dándole un respiro al sistema: la misma oligarquía con otros actores. El argumento de que sacando a los corruptos y poniendo a una persona honesta en el poder acabaría el problema fue con el que el PAN llegó al poder en 2000. Es un argumento superficial. Lo sorprendente es que quienes pretenden hacer una crítica desde la izquierda sigan viendo desde esa perspectiva decimonónica y sigan en busca del Hombre perdido.
Finalmente, las palabras del discurso citado que se refieren a los zapatistas. El gobierno que firmó su palabra en los Acuerdos de San Andrés y la traicionó no fue solamente un hombre, Zedillo, fueron los tres poderes de la Unión, y en ellos, funcionarios y políticos de los tres partidos: PAN, PRI y PRD, partidos que han estado juntos en la contrainsurgencia. Por ello esas palabras me parecen muy justas, para todos, sin excepciones que poner en una burbuja de pureza: “En 1994, cuando los indios de este país se levantaron en la frontera sur, en Chiapas, con su “Ya basta”, pusieron ante los ojos de la patria la inmensa cantidad de excluidos que las ambiciones, los intereses de ustedes y su luchas cerriles habían ignorado y humillado. Con ello, nos pusieron también ante los ojos la desgarradura que el tejido de la nación venía sufriendo desde décadas atrás. A pesar de los legítimos reclamos del zapatismo, a pesar de sus propuestas para rehacer un México en el que todos quepamos, ustedes los han ignorado, los han intentado desprestigiar y los han reducido a un cerco militar y mediático. Diecisiete años después, su sordera, y la continuación de sus mezquindades y ambiciones, han provocado que en la frontera norte, en Ciudad Juárez, se haya instalado la violencia, la impunidad y el miedo. Entre esa frontera: la del norte, la de la impotencia, la del pudrimiento de las instituciones y la del imperio de la impunidad y el crimen, y la otra, la del sur, donde resiste, como puede, un puñado de dignidad moral, las familias de este país están quebradas, pero no vencidas; están profundamente dolidas, pero no aterrorizadas, sino indignadas; llenas de esa fuerza moral que los indios y los excluidos de esta nación han sabido comunicarnos.”
Negar la responsabilidad de sus líderes, candidatos y gobernantes es algo que iguala profundamente a unos y otros partidos. El Pacto Ciudadano por la Paz no puede partir de esas complicidades.

sábado, 11 de junio de 2011

Pacto Ciudadano por la Paz con Justicia y Dignidad

Boletin de Prensa
Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad

Desde hace más de cuatro años, nuestro país vive una guerra contra el narcotráfico que oficialmente no existe pero que en realidad es una guerra contra el pueblo que ha costado la vida de cuarenta mil mexicanos, en su mayoría jóvenes, y la situación de otros diez mil, casi todos jóvenes también, que hoy habitan en ese aterrador limbo que las autoridades rotulan con el indiferente título de “desaparecidos”.

Desde hace años, mucho antes de que se declarara esta guerra, los parientes y amigos de las víctimas cuya voz silenció la violencia de un sistema impune y corrupto, han alzado la suya para demandar justicia, para exigir que se castigue a quienes arrebataron la vida de los suyos, o para que se presente vivo, como lo estaba antes de desaparecer, el ser que amaban.

Poco caso se le ha hecho a estas voces. Sólo el que lo ha vivido comprende hasta qué punto irrita, frustra, daña, duele y criminaliza la titánica y desigual empresa que significa luchar por la justicia en este país.

Hoy, a fuerza de ser tantas y tan vehementes, estas voces, las voces de las víctimas a través de los suyos, empiezan a confluir, a encontrarse, a identificarse, a comprender que, siendo tantas, en realidad son la misma… Y esta voz se manifestó con toda la fuerza que ha nutrido el dolor, paradójicamente, en el silencio de una marcha a la que convocó el poeta Javier Silicia.

Y esta voz exigía, con su elocuente silencio, que las cosas ya no pueden seguir así; que nuestro México debe refundarse, debe reencontrar el piso en que se asentaba y que ha perdido, lo que nos ha llevado al punto donde somos todos los mexicanos las víctimas de una violencia criminal e institucional.

Somos un México que se ha puesto de pie ante las múltiples violencias que lo han desgarrado, que han horadado su tejido de solidaridad, que han lacerado la generosidad natural de nuestro pueblo. Somos un México que camina, cansado de que le siembren temor y desconfianza, cuando lo que en nuestra gente brota son el abrazo y la fiesta. Somos un México harto de la impunidad, del crimen, de la inseguridad, porque en el día a día ama la justicia, la solidaridad y la paz.

Somos un movimiento que inicia, pero tenemos historia: nos hermana el dolor ligado a luchas de años. Nos estamos manifestando nacionalmente, hincando nuestras raíces en una gran diversidad de luchas locales: la lucha de las mujeres contra el feminicidio; la lucha de los jóvenes contra la violencia que les niega sus derechos, y aun atenta contra sus vidas, así como contra la criminalización de que son objeto por el sólo hecho de ser jóvenes; la lucha de las y los defensores de los derechos humanos; la lucha de las y los trabajadores del campo y la ciudad; la lucha de los pueblos y las comunidades indígenas en defensa de sus derechos, su cultura y su territorio; las luchas ciudadanas para que tengamos una democracia verdadera, y la lucha de las y los niños, y quienes trabajan con ellos, para que el país se reconstruya con base en la atención a sus derechos.

Este Movimiento es un proceso ciudadano de exigencia, de resistencia y de propuesta –no institucionalizado pero sí de enlace horizontal y diversificado–, en torno de la problemática específica de la violencia y de la militarización que hacen que la seguridad pública se desvíe en contra de la sociedad, y sobre todo de sus mujeres, de sus jóvenes y de sus más desprotegidos.

Somos un movimiento en proceso por la Paz con Justicia y Dignidad que, a partir de las víctimas, cuyo dolor y reclamo de justicia aportan autoridad moral, liderazgo ético y una actitud de Esperanza ante este nuevo esfuerzo nacional, quiere generar espacios de encuentro y de propuesta con otras expresiones de lucha y de resistencia.

Somos un Movimiento que, en consecuencia, se desmarca de la lógica de polarización y de odio que propicia la violencia y la cultura de militarización y de guerra, basándose, en cambio, en una dinámica horizontal y en formas de hacer política sustentadas en la solidaridad y la no violencia.

Frente al contexto de violencia que lastima a la Nación entera, nuestro Movimiento acuerda hoy, diez de junio de 2011 –día que rememora la brutal represión que sufrieron aquellos jóvenes estudiantes hace 40 años– este PACTO CIUDADANO POR LA PAZ CON JUSTICIA Y DIGNIDAD, con el propósito de que víctimas y ciudadanos impulsen acciones estratégicas y programáticas que propicien mejores condiciones de denuncia, resistencia y procuración de justicia, así como la transformación de los actuales conceptos, modelos y estrategias militaristas dominantes, que sabemos equivocados y que nos han sido impuestos.

Para ello, conscientes de la crisis nacional y que gran parte de ella es debida a nuestra dependencia y sumisión a los intereses imperiales que nos son vecinos, y asumiéndonos actores desde la plataforma de resistencia civil pacífica y el diálogo entre ciudadanos, estamos dispuestos a expresar las demandas, reclamos y propuestas sociales como un emplazamiento a los poderes, formales y fácticos, de Estado y de Gobierno, no porque tengamos confianza en ellos ni les queramos legitimar, sino porque están obligados a responder a nuestro emplazamiento ético, que es el terreno donde radica nuestra identidad y fuerza.

Así, entendemos que este Pacto en Movimiento no nace para la coyuntura pero debe actuar en ella, asumiendo el reto de fortalecer su capacidad de propuesta alternativa. Sabemos que el papel histórico del Pacto rebasa las movilizaciones inmediatas que pueda generar o el número de organizaciones que estén participando. En este momento de emergencia nacional, nuestro ser y quehacer tiene un sentido cualitativo por la exigencia de la refundación de nuestro México, desde una perspectiva de transformación y seguridad ciudadana con enfoque de derechos humanos.

Así, después de haber recorrido más de mil kilómetros en una larga Caravana del Consuelo, que recogió en el camino un sin fin de voces de indignación, protesta y esperanza, nos hemos reunido en Juárez, Chihuahua, no sólo porque es la ciudad de nuestro país que más ha sufrido el dolor generado por esta guerra irracional, sino porque aquí se expresa, más que en cualquier otra parte, la dignidad y resistencia que, a partir de las víctimas, han generado acciones que son un ejemplo nacional y una ruta de esperanza, para establecer el diálogo que hemos realizado a través de nueve mesas de trabajo, y que ha llegado a los acuerdos y compromisos que constituyen este PACTO CIUDADANO POR LA PAZ CON JUSTICIA Y DIGNIDAD que aquí resumimos. La versión completa estará en la página del Movimiento:

Mesa 1. Verdad y Justicia desde las víctimas

1. Exigencias

1. 1 Una Ley que proteja los derechos de la víctimas directas (los asesinados) e indirectas (sus familiares)
1.2 Derechos de la ciudadanía de monitorear los casos
1.3 Cuerpos policiacos que sean eficientes, capacitados, sensibilizados, que investiguen y concluyan los casos. Que tengan obligación de cuidar los expedientes.
1.4 Poner fin a la corrupción e impunidad
1.5. Obligación a los medios de comunicación a cumplir su trabajo con ética

2. Acciones de resistencia:
2.1 Plantones frente a las instancias con exigencias concretas
2.2 Inclusión de civiles y medios de comunicación como testigos en los procesos de investigaciones
2.3 Participación de organismos ciudadanos en el seguimiento de los casos
2.4 Monitoreo a todos los niveles de gobierno a través de la articulación de organismos de derechos humanos y de defensa civil
2.5 Impulsar organización contra la arbitrariedad
2.6 Educación de la sociedad civil en sus derechos políticos y sociales
2.7 Exigir e incidir en los medios de comunicación para que cumplan su trabajo con ética y que sea educativo para la sociedad.

Mesa 2. Fin de la estrategia de guerra. Seguridad ciudadana con perspectiva de DDHH

Exigencias

1. Exigimos el fin inmediato de la estrategia de guerra, la desmilitarización de la policía y el regreso del ejercito a los cuarteles y el retiro del fuero milita
2. Exigimos que no se apruebe ninguna iniciativa de reforma a la ley de seguridad nacional por el contrario emplazamos al poder legislativo a que elabore conjuntamente con la sociedad una ley de seguridad social y ciudadana
3. Exigimos que se cancele la iniciativa Mérida y cualquier proyecto de asesoría policiaco-militar auspiciado por Estados Unidos como es el caso de la academia de policía ubicada en Puebla

Acciones de resistencia

1. Realizar acciones concretas de apoyo solidario al movimiento de Cherán y presencia de organizaciones sociales en especial las de derechos humanos
2. Foro Nacional por la desmilitarización y la paz con justicia y dignidad
3. Realizar acciones binacionales entre el pueblo de México y Estados Unidos para denunciar la estrategia militarista del gobierno norteamericano y exigir que se detenga el tráfico y la compra de armas en México

Mesa 3. Corrupción e impunidad

Exigencias

1. Revisar e integrar una reforma judicial para exigir la aplicación y fortalecimiento del marco jurídico existente.
2. Crear una autonomía real de las contralorías y mecanismos de rendición de cuentas para evitar el circulo de corrupción generado a partir de ser el propio Estado el órgano regulador.
3. Crear contralorías de ciudadanas y ciudadanos, mediante consulta ciudadana, donde exista como opción el revocamiento de mandato de todos los funcionarios corruptos, en los tres niveles de gobierno.
4. Que las dependencias de gobierno nacional se repartan en todo el territorio mexicano, para evitar la concentración del poder en el Distrito Federal.

Acciones de resistencia:

1. Recorrer las 32 entidades federativas para exigir en cada una de las procuradurías estatales y que se emplace con las victimas más representativas, como sucedió en Monterrey en el transcurso de la caravana.
2. Crear un símbolo que caracterice nuestro movimiento con el fin de identificarnos y hacernos visibles ante la ciudadanía.
3. Hacer un evento de carácter nacional mensualmente con el objetivo de crear presencia colectiva de seguimiento de las víctimas y al cumplimiento del pacto nacional.
4. Boicot comercial hacia empresas que dañen derechos ambientales que pongan en peligro las vidas de las diferentes comunidades del país así como el sustento económico de los pequeños y medianos comercios.
5. Boicot tributario en el caso del no cumplimiento de los diferentes puntos del pacto nacional.
6. El establecimiento del ¨No Cruce¨ en los puentes internacionales de la frontera norte del país, sincronizando día y hora semanalmente.
7. El urgente pronunciamiento de la caravana nacional repudiando el caso de la Miss Ana, acontecido en esta ciudad.

Mesa 4: Raíz económica del crimen organizado

Exigencias y acciones para la resistencia civil.

1. El gobierno debe rendir cuentas y gobernar con justicia y eficacia. Si el Estado no respeta el marco constitucional emprenderemos acciones concretas de resistencia civil pacífica, buscando que los ciudadanos, los actores sociales y el estado accedan debidamente a sus derechos y al cumplimiento de sus responsabilidades ciudadanas. En este sentido se propone la organización de una Jornada internacional contra el lavado de dinero y el tráfico de armas; la toma simbólica del Banco de México en tanto el organismo regulador de las actividades monetarias y financieras del país, así como la toma simbólica de sucursales bancarias en otras partes del país y en el extranjero.
2. Abrir un foro para la discusión de la despenalización del consumo de drogas, no sólo en el ámbito nacional sino también en los foros internacionales.
3. Eliminación del secreto bancario, legislar la obligación de instituciones bancarias de informar a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público depósitos y movimientos mayores a 500 mil pesos.
4. Juicio político a Felipe Calderón, Genaro García Luna, Javier Lozano y a cualquier funcionario público que viole la ley y utilice el poder para su propio beneficio. Exigir explicación de las fortunas de Carlos Salinas, de todos los ex -presidentes y de Elba Esther Gordillo. Queremos saber el origen de las fortunas.

Mesa 5. Alternativas para la Juventud y medidas para la recuperación y reconstrucción del tejido social

Exigencias

1. Sustituir políticas asistenciales por otras que impulsen la capacidad organizativa de la sociedad.
2. Ampliar la matrícula y el presupuesto en Universidades. No más rechazados. Obligatoriedad de la educación superior y en todos los niveles.
3. Que se impulse la Convención Iberoamericana de los Derechos de la Juventud, documento que no ha sido ratificado.
4. Aumento salarial de emergencia proporcional a la inflación y al precio de la canasta básica.

Acciones de resistencia:

1. Crear una Red de Centros Sociales por la Paz con Justicia y Dignidad.
2. Llamado a la conformación de la Coordinadora Nacional Contra la Militarización
3. Congreso Nacional para un Modelo Alternativo de Educación
4. Crear una Radio Comunitaria del movimiento.

Mesa 6. : DEMOCRACIA PARTICIPATIVA Y REPRESENTATIVA

Exigencias:

1. Hacer viables y operativos los mecanismos de consulta popular, plebiscito, referéndum y revocación de mandato de manera que se les proteja de uso por intereses políticos y económicos. Por ejemplo, bajar los porcentajes que sean necesarios para convocarlos y que sean en relación con la última votación del estado y no con el padrón.
2. Recuperar los órganos autónomos ciudadanos como el IFE y a los institutos de defensa de derechos humanos.
3. Se sometan a consulta popular los proyectos urbanos y rurales particularmente los megaproyectos.
4. Fomentar/Promover la libertad para la transmisión de las radios comunitarias.
5. Exigir mayores tiempos de las televisoras concesionadas (Televisa y TV Azteca) den más tiempo a cambio de la concesión.
6. Exigir la apertura al acceso a los sistemas de Comunicación Latinoamericana como Telesur, y Tal; han roto con monopolios como CNN.

Acciones para la resistencia:

1. Acciones de resistencia/desobediencia civil en cámara de diputados y presidencia.
2. Consulta Nacional por la Paz y la Democracia o Por la Refundación Nacional: mesas, votos por internet. Fecha propuesta del 13 al 16 de septiembre. Se incluyan a niños. Además se propone abrir el espacio/ o utilizarlo como testimonio de daños, de desaparecidos, etc.

Mesa 7. Enlace y organicidad del movimiento

El Movimiento Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad es un movimiento ciudadano, autónomo e independiente respecto de partidos políticos y grupos, que busque la paz con base en la justicia y la dignidad mediante una participación inclusiva. Buscamos construir una estructura horizontal, descentralizada y democrática, formada por comités locales, estatales y/o regionales autónomos, unidos en la diversidad.

Estamos conscientes de que no hay planteamientos definidos ni absolutos y de que estamos en un proceso constante de construcción, colectiva del país que queremos, valorando el contexto y las experiencias de los otros en su diferencia. Es por ello que los aquí presentes asumimos la necesidad de ampliar la discusión sobre el significado de la resistencia civil, la cultura de la no violencia, la paz y los valores democráticos, a fin de construir una sociedad más justa, respetuosa, plural e incluyente.

Exigencias

1. Que se otorguen tempos oficiales en medios de comunicación (radio y tv) para el movimiento.
2. Que el Estado genere un Fondo Económico para las víctimas proveniente de los bienes confiscados a la delincuencia organizada y de las prerrogativas de los partidos.

Acciones de Resistencia

-Organizar una Gran Caravana al Sur de México, con el fin de hacer visibles también las problemáticas de marginalidad y pobreza y otros fenómenos característicos de esa región.

- Impulsar acciones de resistencia civil de cara a las elecciones federales y locales del 2012.

- Emprender acciones de impacto nacional tales como un boicot comercial o un paro nacional.

- Organizar una Consulta Nacional sobre la Estrategia de Guerra.

- Crear una base de datos de las víctimas

- Organizar un Encuentro Nacional de Víctimas para generar una red de cohesión entre ellas.

Mesa 8. Reforma laboral. Desempleo y alternativas económicas.

Exigencias

1. Rechazo total a cualquier forma de violencia contra las y los trabajadores, como es la criminalización de sus protestas.
2. Rechazo total a la llamada Reforma laboral por su carácter neoliberal y regresivo.
3. Exigimos la restitución de los derechos laborales de las y los trabajadores que han sido violentados por la políticas de los gobiernos neoliberales

Acciones

1. Convocar un encuentro nacional para tratar la problemática de las y los trabajadores
2. Impulsar una amplia movilización en rechazo a la mal llamada reforma laboral
3. Impulsar una campaña nacional de sindicalización de trabajadores y la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores

Mesa 9. Derechos y cultura indígena, migración y alternativas en el campo.

Exigencias

A) CUMPLIMIENTO Y RESPETO DE TODOS LOS ACUERDOS FIRMADOS POR EL ESTADO MEXICANO EN MATERIA DE DERECHOS Y CULTURA INDIGENAS: CONVENIO 169 DE LA ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO, LA DECLARACIÓN DE NACIONES UNIDAS SOBRE LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS Y LOS ACUERDOS DE SAN ANDRÉS LARRAINZAR.
B) RESPETO IRRESTRICTO A LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS Y COMUNIDADES INDÍGENAS SOBRE LA TOTALIDAD DE SUS TERRITORIOS Y RECONOCIMIENTO DE LA POSESIÓN ANCESTRAL DE LOS MISMOS. INCLUYENDO DE MANERA ENUNCIATIVA PERO NO LIMITATIVA.
C) La cancelación inmediata de las 22 concesiones mineras otorgadas por el Gobierno Federal a la empresa canadiense First Majestic Silver en Wirikuta, San Luis Potosí.
La cancelación inmediata de las concesiones mineras en el territorio comunitario de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias- Policía Comunitaria, en la región de la Montaña y la Costa Chica del Estado de Guerrero
Respeto a la autonomía de Santa María Ostula, Michoacán
Respeto y protección de los bosques y territorio de Cherán, Michoacán
Respeto a los territorios de las diferentes comunidades indígenas de Chihuahua y restitución de las tierras que se han invadido, así como la cancelación inmediata de los proyectos turísticos, forestales y mineros que atentan contra su territorio y derechos.
D) Garantizar la paz y la seguridad humana en las comunidades indígenas de la Sierra Madre de Durango y Chihuahua, así como resolver los casos de asesinatos, desapariciones forzadas, la incineración de 7 comunidades enteras, y la obstrucción del libre tránsito a poblaciones.
E) Establecimiento de un programa nacional de emergencia alimentaria.

Acciones de resistencia

Realizar un Encuentro de Emergencia Nacional sobre el Campo y las comunidades indígenas
Replicar la firma del pacto nacional en los Estados de la República
Denuncia de todos los casos de biopiratería y bioprospectiva en las comunidades
Llevar a cabo acciones directas en Wirikuta, Ostula, Cherán, Durango, Chihuahua y Tamaulipas

El presente documento se firma en el monumento a Juárez, prócer que desde aquí comenzó el rescate de la República; tarea que hoy ratificamos como nuestra, iniciando la refundación de un México con paz, justicia y dignidad.

Ciudadanos y organizaciones sociales suscribimos este Pacto, y lo lanzamos a una amplia consulta y nacional y su consecuente firma.

Ciudad Juárez, Chih., 10 de junio de 2011

jueves, 9 de junio de 2011

A quienes “no entienden”

El ala conservadora no lo entiende porque apoya la guerra. Ha comprado el guión de telenovela barata de que las drogas son el mal, los narcos son los malos, y todo aquel que asesine personas que están, parezcan o pudiera algún día parecer que están relacionadas con ese mal intrínseco, es una buena persona, una especie de cazador de dragones o matador de vampiros. Su película favorita debe ser “Del crepúsculo al amanecer” de Quentin Tarantino, y quizá con ellos no hay más remedio. Seguirán encendiendo velas a los santos para que protejan a Calderón- San-Jorge y no entenderán jamás: “¿Qué quiere Javier Sicilia?”

No entenderán porque, para ellos, tres o cuatro decenas de miles de muertos son poca cosa comparada con el mal infernal, perverso y sin salvación que son las drogas. Para los adoradores de la guerra contra las drogas, el dogma y el tabú son claros. Todo aquello que borre esa barrera entre lo blanco y lo negro o la enturbie, es anatemizable. Es un pensamiento tan simple, que pedirles que lean un texto de Javier Sicilia, que normalmente rebasan la infranqueable barrera de la cuartilla, es demasiado.
Lo que más me preocupa es la incapacidad de leer, entender y adherir de los “progres”. Tal vez tanto comer curas y eructar rosarios y hostias les hace desconfiar porque Sicilia es creyente: “Si cree en Dios ha de ser un pederasta”, dicen quizá los cazadores de sotanas, para quienes el mal intrínseco y sin salvación no son las drogas sino el opio del pueblo: la religión.
¿Cómo puede ser un buen “pastor de masas” alguien que no cita a Marx y a Lenin a cada párrafo? (Hasta se atrevió a citar a Heidegger y San Agustín, el muy pequeñoburgués) Y claro: Gandhi e Iván Illich no figuran en las bibliografías de ninguna escuela de formación de cuadros.
Esos son los casos extremos. Y creo que ahí los grados de incomprensión son tales que hay todavía esperanza, porque quizá cuando entiendan… Que 40 mil muertos y sus correspondientes 40 mil lutos de huérfanos, viudas, deudos, son algo más grave que marchar al lado de un creyente o confiar en alguien que opina que si legalizamos las drogas será menor el daño a la sociedad que si sigue la matanza.
Me preocupan más los que dicen querer “No más sangre”, pero no entienden a Sicilia porque tienen un análisis de la realidad que “compite” con el de Sicilia, y con otros, porque ellos sí quieren llevara a su caudillo a la presidencia. En este caso, Edgar González Ruiz no es del todo inútil, sirve para mal ejemplo. Su artículo elegantemente titulado “El gobierno de Fecal y el movimiento de Sicilia” es un perfecto ejemplo de lectura mal hecha porque la óptica partidaria le impide ver las cosas. Con ellos está más difícil que entiendan porque tienen todo solucionado: “Los culpables son los de enfrente, yo voté por AMLO”
Su lectura es tan simple como la de quien piensa que la droga es el mal. Solamente que para González Ruiz lo evidente e incuestionado, su dogma y tabú, es que Andrés Manuel López Obrador es el bien en sí, y todo el que no se arrodille ante él es el mal y lo malo. Dice Edgar González: “En el caso del EZ, llama la atención el contraste entre la férrea oposición que hace cinco años manifestaron contra el movimiento de AMLO y el apoyo absoluto que ahora brindan al de Sicilia, quien a su vez en muchos de sus discursos y proclamas, manifiesta un respeto demasiado grande, e incomprensible, hacia el gobierno ilegítimo de Calderón.” (http://contra-la-derecha.blogspot.com/)
A ello lo que se puede contestar es lo siguiente: El interlocutor a quien se le puede demandar el alto a la guerra es Felipe Calderón, porque es él quien está en el poder. El “Gobierno Legítimo” de AMLO fue una especie de farsa que nunca ejerció un contrapeso real en el sexenio y ahora tiene que cambiar de etiqueta para evitar el ridículo de que su campaña electoral pida: “Vote por el Presidente Legítimo para presidente”.
En 2006, después del fraude electoral –que el vocero del EZLN fue la primera persona en llamar por su nombre, en el programa Política de Banqueta, por la radio chilanga 6.20–, AMLO y el bloque electoral que lo apoyó tenían dos salidas:
1) La que explicó el ex perredista Adolfo Gilly: Crear una crisis institucional, no tomando posesión de ninguno de los cargos obtenidos electoralmente hasta que no se corrigiera el fraude. Eso hubiera sido el inicio de una desobediencia civil y.. eso jamás, porque AMLO mandó “al diablo las instituciones”, pero sólo de palabra: En los hechos todos los integrantes del PRD, PT y Convergencia tomaron posesión de sus cargos, y tuvieron gubernaturas, como en Chiapas, en el DF, en Michoacán, así como diputaciones y senadurías, desde donde de hecho reconocieron a Calderón, gobernaron junto con él, y nunca fueron un contrapeso eficaz a la militarización: La farsa de la guerra contra el narco inició en Michoacán bajo un gobierno perredista y el sexenio cerró con alianzas electorales PRD- PAN.
2) El otro camino, el que explicó el ex perredista Marco Rascón, era el de asumir la responsabilidad de ser, contando el fraude, la primera fuerza electoral del país, y poniéndolo entre paréntesis, la segunda fuerza electoral del país. Eso significaba: Sin mí no puedes gobernar, si quieres hacerlo tienes que consensuar conmigo.
El camino que tomó esa fuerza electoral fue el más cómodo: Asumir todos sus cargos de gobierno, reconocer a Calderón en los hechos, aunque algunos como AMLO, Ebrard y González Ruiz lo llamen “Fecal” y demás, pero no le impidieron gobernar: La guerra de Calderón cuenta con el apoyo de todos los gobernadores, con la aprobación del presupuesto en el Congreso. Jamás se opusieron a ella, ni siquiera fue prioritaria en su agenda: Palideció ante temas con más filón mediático electoral como la “defensa” del petróleo.
Por si fuera poco, López Obrador tenía contemplado usar al ejército en tareas de policía para “combatir al narco” como le dijo al embajador de Estados Unidos. Según Blanche Petrich reseñó de algunos cables filtrados por Wikileaks, AMLO le dijo al republicano Anthony Garza que si fuera presidente daría “más poder al ejército”. Así lo escribió en La Jornada, el martes 5 de abril de 2011 en la página 2. (Cf: “EU no veía mal la llegada de López Obrador a Los Pinos: http://www.jornada.unam.mx/2011/04/05/index.php?section=politica&article=002n1pol):
“En el tema de la seguridad, Garza señaló de entrada que la próxima administración en México debía dar prioridad al “combate al narcotráfico y al terrorismo”. López Obrador explicó su estrategia de dos carriles. Primero, una reforma constitucional para otorgar al Ejército “más poder y autoridad” en la lucha contra los traficantes de drogas porque –dijo, según este reporte– “los militares son menos corruptos que las demás agencias de seguridad y pueden ser más efectivos”. Esto, añadió, también acotaría la influencia de la PGR, “demasiado corrupta”, según la redacción del cable.
“Segundo, AMLO se proponía una restructuración total del aparato de justicia, consolidando todas las agencias, incluida la policía federal y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, teniendo como eje a la Secretaría de Gobernación.”
Es por ese tipo de “detalles menores” que para parar la guerra de Calderón el interlocutor no es AMLO, sino quien está en el gobierno, de facto, sí, pero es quien “comanda” las fuerzas armadas.
No es necesario llamar a Calderón “Fecal” a cada rato para cuestionarlo: Y el movimiento contra la guerra de Calderón que encabeza Sicilia es quien ha cuestionado a Calderón de manera más frontal, radical y con mejores y más sólidos argumentos. Es quien ha puesto el dedo en la llaga.
Lo que debían hacer y no hicieron los políticos de “oposición”, lo está haciendo un movimiento ciudadano, exigir que pare la masacre, pedir justicia para las víctimas y castigo a los asesinos, pedir que cambie la estrategia frente a las drogas para que México deje de ser el rehén de los Estados Unidos.
Cuando el dolor tocó a la puerta del hogar de Sicilia, supo a dónde dirigir su reclamo. No iba a ser tan “ingenuo” como AMLO y escribirle una carta a Obama, un “presidente legítimo”. Tampoco iba a escribirle una carta a algún campeón sin corona. Su carta fue dirigida a los políticos y los criminales, y les dijo: Estamos hasta la madre de ustedes.
Textualmente, de los políticos dijo: “Estamos hasta la madre de ustedes, políticos –y cuando digo políticos no me refiero a ninguno en particular, sino a una buena parte de ustedes, incluyendo a quienes componen los partidos–, porque en sus luchas por el poder han desgarrado el tejido de la nación, porque en medio de esta guerra mal planteada, mal hecha, mal dirigida, de esta guerra que ha puesto al país en estado de emergencia, han sido incapaces –a causa de sus mezquindades, de sus pugnas, de su miserable grilla, de su lucha por el poder– de crear los consensos que la nación necesita para encontrar la unidad sin la cual este país no tendrá salida”…
De eso son responsables también (junto con los priistas y panistas) los líderes de la eterna candidatura de AMLO, hoy llamada “Morena”. No supieron ser una oposición real y ahora usan, como los demás candidatos y partidos, la guerra como chantaje: Si no votan por mí, viene el caos. Han votado por ellos y han sido incapaces de hacer valer la voluntad ciudadana.
No podrán entender la estrategia del pacto ciudadano por la paz y la necesidad de la unidad ciudadana para derrotar a la guerra –ni mucho menos la posible fase de resistencia civil pacífica que podría implicar un boicot a las elecciones–, mientras partan del dogma: AMLO es la izquierda, o peor: AMLO es el bien.
Desde una perspectiva de las víctimas de su impotencia política, las elecciones no traen consigo ninguna alternativa. El que más debería temer llegar al boicot electoral es el PRI, que se apresta a regresar a Los Pinos… pero González Ruiz y correligionarios pueden lavar su conciencia poniéndole a Peña Nieto un apodo como el que le pusieron a Calderón y buscando culpables a sus derrotas políticas. Mientras tanto, otros ciudadanos apoyaremos al Movimiento Nacional por la Paz, y como dijera el propio Sicilia, “esta vez no iremos alrededor de ningún pinche candidato”.

lunes, 6 de junio de 2011

SCI Marcos: Carta al Movimiento Ciudadano por la Justicia 5 de Junio.

EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL

MÉXICO.


Junio del 2011.



“El dolor nos recuerda
Que podemos ser buenos,
Que alguien mejor nos habita,
Que corre en noble sentido el río de las lágrimas.

Dolor llamamos al envés de la hoja de la risa,
A la tiniebla que queda al otro lado de la estrella
Que en tu frente tenía apacible nombre
Y orientaba nuestros pasos día a día.

Dolor es el combustible con que arde
La llama de recuerdos que ilumina
Una noche del olvido derrotado
Por el rayo de tu risa al revolar.

Dolor se llama el duelo
De vivir por tu memoria.”




Fragmento de “49 Globos”.
Juan Carlos Mijangos Noh.

Al: MOVIMIENTO CIUDADANO POR LA JUSTICIA 5 DE JUNIO, a los familiares de l@s niñ@s muertos y heridos en la Guardería ABC el 5 de junio del 2009, y a tod@s quienes se han solidarizado con su lucha.
Hermosillo, Sonora, México.


De: Subcomandante Insurgente Marcos.
Chiapas, México.


Les escribo a nombre de las mujeres, hombres, ancianos y niños del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, para saludarlos y manifestarles nuestro respeto y admiración por su digna lucha.

No es fácil sacar palabras del dolor, nosotros lo sabemos.

¿Y de la rabia?

¿Del saber que los malos gobiernos ignoran propositivamente los reclamos de justicia?

¿De ver cómo se manipula el calendario para simular justicia, y para calcular que la desmemoria cubrirá la muerte? Esa muerte absurda de los 49 pequeños y las decenas de heridos, infantes sin más culpa que haber nacido en un país donde el gobierno ha unido el nepotismo con la corrupción y la impunidad.

Poco o nada podemos agregar a lo que sus dignas palabras han señalado sobre lo que ocurrió: la desgracia llegando a quienes ni la esperaban ni la merecían; la irresponsabilidad que la propició; la complicidad de gobiernos, legisladores y jueces; la continua postergación de una investigación a fondo. Y los nombres y las imágenes de las niñas y los niños, las actividades y movilizaciones para honrarlos de la mejor manera, es decir, exigiendo castigo a los responsables, justicia para las víctimas y la adopción de medidas que impidan que la tragedia se vuelva a repetir.

Todo eso y más hemos aprendido de su página de internet (www.movimiento5dejunio.org), y del libro “Nosotros somos los culpables” de Diego Enrique Osorno, que arma el rompecabezas de la tragedia.

La muerte de una niña, de un niño, siempre es desproporcionada. Llega atropellando y destruyendo todo lo cercano. Pero cuando esa muerte es sembrada y cultivada por la negligencia y la irresponsabilidad de gobiernos que han convertido la ineptitud en negocio, algo muy profundo se sacude en el corazón colectivo que abajo hace andar la pesada rueda de la historia.

Entonces las preguntas crecen y se extienden: ¿por qué?, ¿quiénes son los responsables?, ¿qué se hace para que nunca más se repita esa tragedia?

Y ha sido el empeño de ustedes el que nos ha dado las respuestas. Porque de arriba sólo hemos visto desprecios, burlas, simulaciones y mentiras.

La mentira es siempre un ultraje, pero cuando desde el Poder se teje para esconder a familiares y amigos, es una villanía.

Allá arriba no se han arrepentido. No lo harán. En lugar de honrar a los infantes muertos de la única forma que les sería permitida, es decir, con justicia, siguen en sus juegos de guerra donde ellos ganan y todos pierden.

Porque no es resignación ante la muerte la que se predica desde allá arriba. Lo que quieren es el conformismo frente a la irresponsabilidad que calcinó e hirió esas vidas.

Lejanos como estamos, en calendario y geografía, no mandamos palabras de conformismo ni de resignación. No sólo porque ni uno ni otro pueden hacer frente a las consecuencias de ese crimen que ahora cumple 2 años. También, y sobre todo, porque la lucha de ustedes nos hace sentir respeto y admiración por su causa, por su paso y por su empeño.

Allá arriba deberían saber que no sólo el dolor une, también el ejemplo de tenaz lucha que en ese dolor se anima.

Porque ustedes, hombres y mujeres llevados por la desgracia a esta lucha, son seres extraordinarios que despiertan la esperanza en muchos rincones de nuestro país y del planeta.

Como extraordinarios son esos hombres y mujeres que han echado a andar de nuevo, en la Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad, para recordarle a quienes mal gobiernan, a los criminales y al país entero, que es una vergüenza el nada hacer cuando la guerra de todo se apodera.

Desde uno de esos rincones, desde las tierras indígenas de Chiapas, las zapatistas, los zapatistas, los miramos desde abajo, sabiendo que el dolor también agiganta los pasos si son dignos.

Y a estas líneas que ahora les escribimos, sólo las anima el deseo de decirles una cosa:

Bien haya la sangre que les dio vida a esas niñas y niños, y malhaya la de quien se las quitó.

Y decirles a ustedes que cuenten con nosotros, que, aunque lejanos y pequeños, reconocemos la grandeza de quien sabe que la justicia sólo se alcanza con la memoria y nunca con la resignación.

Ojalá algún día puedan llegar a estas tierras. Acá encontrarán un corazón moreno que los abrazará, unos oídos atentos para escuchar, y una historia dispuesta a aprender de ustedes.

Porque las grandes lecciones, las que cambian el rumbo de la historia, vienen precisamente de personas que, como ustedes y quienes ahora andan, hacen de la memoria el camino para crecerse.

Con ustedes, y con quienes ahora marchan, podremos entonces, juntos, ustedes, ellos, nosotros, hablar palabras donde el dolor sea una cicatriz que nos recuerde y comprometa a que nunca más se repita la desgracia, y a que por fin termine el carnaval sangriento con que arriba festejan la impunidad y la desvergüenza.

Mientras eso ocurre, desde acá seguiremos escuchándolos y aprendiendo de ustedes.

Vale. Salud y que la justicia por fin camine abajo.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.



Subcomandante Insurgente Marcos.

México, Junio del 2011.

miércoles, 1 de junio de 2011

El zapatismo conserva una gran reserva moral: Javier Sicilia

La tragedia de perder a su hijo Juan Francisco, de 24 años, quien fue asesinado junto a otros seis jóvenes en el estado de Morelos, puso al poeta Javier Sicilia en la posibilidad de visibilizar a las más de 40 mil víctimas “colaterales” de la guerra contra el crimen organizado que libra, sin respaldo, el ejecutivo Felipe Calderón.

En la siguiente entrevista, Sicilia habla de la adhesión del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) a la movilización que llegó a la ciudad de México el pasado 8 de mayo. “Hay que llamar a la izquierda a que se deje de pendejadas, a ir a lo sustancial y lo sustancial es la reserva moral, y si hay alguien que ha dado una enorme muestra de esto son los zapatistas”, señala el poeta.

Días antes de que arranque la Caravana Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad, que partirá de la ciudad de Cuernavaca el 4 de junio y arribará a Ciudad Juárez el 10 de junio, donde se firmará el Pacto Ciudadano por la Paz con Justicia y Dignidad, Sicilia se refiere a la importancia de las experiencias de autodefensa y organización indígena, como las que actualmente se llevan a cabo en la comunidad de Cherán, Michoacán; la de Ostula, en el mismo estado y, por supuesto, la de los Caracoles zapatistas.

El articulista de La Jornada y Proceso explica su postura ante el diálogo e interlocución con el gobierno federal. La salida de Calderón, dice, “no resolvería absolutamente nada, las estructuras del Estado están podridas y Calderón es parte de ese pudrimiento”.

A continuación la entrevista completa:

La reserva moral de los zapatistas

Los primeros que se dieron cuenta de que estábamos en grandes problemas fueron los zapatistas, hace 17 años. Antes de la gran marcha del 8 de mayo pasado, lo primero que me llegó fue una carta muy bella de parte del Subcomandante Marcos y, posteriormente, un mensaje oral de la comunidad zapatista, que me encantó.

Los zapatistas siempre se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo. Ellos fueron los primeros que nos avisaron que si no componíamos este país, si no había un México donde cupiéramos todos, íbamos hacia una desgracia muy grande, y la estamos viviendo 17 años después de que ellos pronunciaron el primer ¡ya basta!

La carta escrita que me enviaron los zapatistas decía lo siguiente: “esto ya rebasa a la izquierda, rebasa a la derecha, es una afrenta a lo humano, es una afrenta a los hombres, mujeres, niños y ancianos de este país”.

La movilización y dignidad zapatista es incuestionable. Nos ha enseñado muchísimo y ahí está nuestro corazón, siempre estará ahí.

El zapatismo conserva una gran reserva moral. La movilización ciudadana en San Cristóbal de las Casas y parte de la Otra Campaña que nos acompañó en la marcha es la muestra del inmenso capital moral, y por eso Chiapas no está como el otro extremo de la República. Si perdemos esa calidad moral nos va a fracturar el gobierno o la propia izquierda.

La izquierda institucional y su aparición en este momento son graves, porque provoca que se pierda toda la sustancia. Nos debemos de apoyar en el dolor de las víctimas, en la dignidad y el amor, y si perdemos esto y ponemos la libertad de las diferencias por encima de esto, viene la fractura. Como siempre digo: “los enemigos de la izquierda son la propia izquierda”, y son sus diferencias las que siempre están por encima de la sustancia. Si la izquierda pudiera recuperar su capital moral y mantener su dignidad moral, todo lo demás se incluye y se transforma.

Nosotros queremos construir una reserva moral, como la gran reserva que tienen los zapatistas. La suma de la dignidad moral que llegó hasta la ciudad de forma civil, es importantísima. Entiendo que el gobierno no quiera visibilizar eso, con el vacío mediático y con el cerco militar. Lo que no entiendo es que también lo haga la izquierda.

Mientras la izquierda siga pensando en procesos ideológicos no va a entender la reserva moral y la significación profunda del zapatismo con respecto a lo que se está generando en el proceso nacional. Hay que llamar a la izquierda a que se deje de pendejadas, a ir a lo sustancial y lo sustancial es la reserva moral, y si hay alguien que ha dado una enorme muestra de esto son los zapatistas.

La carta oral que me enviaron los zapatistas decía que lo que acontece nos rebasa, rebasa a la izquierda y a todos, y que venían porque tenían una deuda moral con nosotros. Yo le diría a la izquierda: ¡Véanlos cabrones, ahí están los zapatistas!

Los pobres, los más agraviados por la violencia

Los sectores más agraviados, como siempre, son los sectores más pobres. A ellos son a los que se pueden criminalizar y borrar fácilmente. Son los que piden justicia y se les niega, e incluso se les insulta; pero también hay otros dolores muy fuertes en la clase empresarial: los empresarios son susceptibles de secuestros, y eso también ha concitado la simpatía y el apoyo -con sus asegunes-, ya que los prejuicios siempre terminan por borrar lo esencial y lo profundo, pero también hemos encontrado a gente muy empática, por ejemplo a Alejandro Martí, un hombre de una gran dignidad moral.

A partir de la movilización se visibilizan los sectores agraviados que han sido negados y criminalizados. Para ellos ha habido una doble o triple muerte: se les mata, se les criminaliza y quedan impunes sus dolores. A los empresarios no se les criminaliza, pero a veces también sus dolores quedan impunes, como el caso de Eduardo Gallo, que tuvo que ir por los delincuentes, ya que la policía simplemente no hacía su trabajo. Él los capturó y los llevó a donde debían estar.

Pienso que la belleza en el dolor y lo terrible del proceso que estamos viviendo, es que los que no tenían rostro, los que se habían presentado hace 17 años con una máscara para simbolizar que no tenían rostro, empiezan a tenerlo; es un rostro sufriente, es un rostro agraviado, un rostro que clama justicia, para dignificarnos y para dignificar este país, porque nuestros muertos son el rostro de nuestra humillación, pero también son el rostro de nuestra dignidad.

El pacto nacional y la interlocución con el gobierno

La discusión sobre un pacto nacional tiene un problema de prejuicio que nace de procesos ideológicos. Así como los empresarios tienen sus prejuicios contra la izquierda, la izquierda tiene sus prejuicios contra los empresarios y contra el gobierno. Razones hay muchas: las traiciones de los pactos por parte del gobierno, por ejemplo, el último de “todos somos Juárez”. Es evidente y comprendo que los juarenses estén muy enojados con la posibilidad de esos diálogos y esas interlocuciones. Hay razones suficientes para esta postura, son razones suficientes pero no necesarias.

Otras veces se entiende el diálogo como pacto, como negociación. Yo creo que si Santiago Creel pasara a la historia, siendo un personaje muy gris, pasaría por esa frase que acuñó y que debería de estar en los diccionarios: el sospechosismo, y ese es el problema, que sospechamos. Cada vez que hay una interlocución con la contraparte, yo, tú, él sospecha, como si el diálogo fuera una negociación a oscuras. Cuando hablo de diálogo no es en el sentido de negociaciones, yo hablo de diálogo en el sentido de decir: “este es nuestro mandato y cómo, frente a las evidencias de tus traiciones, vas a responder al mandato, cómo vas a responder al agravio”.

El presidente tendría que pedir perdón a los familiares de las víctimas en público y a cada una de las personas que estuvieran ahí. En contraparte, nosotros debemos decirle que su ley de seguridad pública no es la ley que queremos los ciudadanos.

Necesitamos saber cómo la vamos a reformar juntos, y llegar y decirles: “es un mandato, no es si les gusta, ustedes están ahí porque nos representan”. Es decir, es cambiar el formato y asegurarse de que se hagan las cosas, ya que siempre se las dejamos y no debe ser así. Si se las dejamos lo van a hacer mal, van a servir a sus intereses.

Debemos construir estructuras de presión. Por eso es muy importante una reforma política, y la revocación de mandato en esa reforma, es decir, crear procesos legales y legítimos, porque si no nos dan la legalidad, que es legítima, nos obligan a la legitimidad, que es la movilización, la resistencia civil. Esto se vuelve legítimo frente a la necedad y frente a la negativa de darnos un marco legal para lo que nos corresponde.

Necesitamos de todos esos interlocutores, no podemos hacerlos menos, como si no existieran. Debemos intentar refundar el Estado para poder ir a otros procesos, ya que el Estado dio de sí.

Me alarman los gritos de “fuera Calderón”, debido a que parece que creemos que todavía estamos en un régimen presidencialista absoluto, y estamos en un proceso con toda la clase política, desde los partidos, pasando por las instancias de los municipios y los gobiernos estatales hasta el federal, en todos sus niveles de gobierno. Los seis puntos que pedimos son para que en todos los lugares se reforme todo. La salida de Calderón no resolvería absolutamente nada, las estructuras del Estado están podridas y Calderón es parte de ese pudrimiento. Viene de un partido con agendas comprometidas, no con la ciudadanía, sino con intereses oscuros, y por eso está acorralado. Un día está en buen plan, y al otro día se pone de necio, hasta creerse Churchill, y eso nos dice que está acorralado.

Para que podamos llegar a otros procesos no podemos dejar de pasar por un Estado de derecho y democrático, ya que si lo dejamos lo que vamos a tener es un Estado policiaco o un Estado militar y no conviene a nadie. Si rescatamos la incipiente democracia, todos los procesos van a poder ser.

Esta movilización se parece a Egipto, ya que la muerte de un joven nombró todos los dolores, todos los muertos y torturados. La muerte de mi hijo nombra a todos los muertos, todos los desaparecidos y toda la inhumanidad y el miedo en el que nos habían sumido. La diferencia es que en Medio Oriente, los gobiernos autoritarios son altamente autoritarios. En cambio, el problema con este país es que sus gobiernos son autoritariamente miméticos; tienen la capacidad de inmovilizar, de aislar, de desvirtuar inmensamente, y esa es muestra de una carencia de consciencia en el orden de lo civil, de lo político.

Los procesos de autodefensa y organización indígena

La forma de hacer comunidad en Cherán, los caracoles zapatistas, y muchos otros ejemplos en el país, es a donde nos queremos dirigir, ya que tienen procesos que se han gestado en México y que son muestra de que se pueden organizar, pero eso no tiene qué decir que debamos perder una interlocución con el Estado.

Cherán, Ostula, los caracoles zapatistas y sus experiencias ocupan un lugar fundamental en nuestra agenda. Necesitamos aprender, esas experiencias son indispensables en las grandes urbes, donde no hay espíritu de comunidad y todo esta individualizado. Necesitamos saber cómo construir entre barrios a través de esas experiencias, que son enseñanzas de pueblo. Es por eso que el Foro Nacional nos puede dejar esas enseñanzas, algo para descubrir. No sólo existe el ejército y la policía, existimos los procesos ciudadanos.

Darle la espalda al gobierno, al monstruo, sin reformarlo puede ser el suicidio, porque el monstruo no tiene la ley, sólo finge que la tiene. Tiene la fuerza y no tiene la razón. Debemos de hacer que la ley esté al servicio de una buena razón, que es la ciudadana. Debemos de sensibilizar a la gente que trabaja para el monstruo, limpiar ese monstruo de gente que no tiene visión ciudadana. Las instituciones están podridas, se necesita reformarlas y si no, iremos a un estado policiaco.

Un mundo donde quepan muchos mundos o un mundo donde quepan todos los mundos…

Muchos mundos, todos los mundos no, porque a veces hay unos hijos de puta que no deberían de estar en el mundo.

La estupidez se puede curar

El poder policial no puede estar en manos del poder político; no es posible que haya un procurador cuyo jefe sea el presidente de la República o, en los estados, el gobernador. Tenemos que hacer procesos en el monstruo, no darle elementos para que nos aíslen, para que su pinche máquina propagandística y de fuerza desarticule la vida social. Debemos de encontrar la forma de decirle al monstruo: ¡Así no cabrón! Mostrar que estamos todos, como procesos ciudadanos morales, y que tienen una deuda moral con nosotros, y que siguen traicionando para destruir nuestros tejidos sociales. Todos los actores están ahí.

Creo en el corazón del hombre. La estupidez humana es un proceso y se puede curar si se oye el corazón. Las revoluciones nos han demostrado que matar a los hombres malos no resuelve el problema, porque la maldad no es un asunto del hombre, es un asunto del equívoco del hombre. Si presionamos podemos transformar esto, mi postura es una posición moral, que se enfrenta a muchas formas de entenderlo y a muchos dolores que no quieren relacionarse con el monstruo y es entendible.

No creo en la pureza de los hombres ni de los movimientos; yo traigo también mis traiciones, mis dolores, mis equívocos, mis culpas, todos cargamos monstruosidades.

Rumbo a Ciudad Juárez

Me gustaría que se llamara la Caravana del consuelo, sobre la ruta del dolor en el horror. Tiene como base el consuelo que nos une; ese abrazarnos, arroparnos en el amor y construir una gran fuerza ciudadana que tiene que rehacer este país y tiene que exigir la restauración, la justicia que se le debe a las víctimas y la justica que se le debe a la nación. Vamos allá para construir un consenso social que nos permita presionar de manera nacional, no por grupos, sino juntando todos los dolores, todos los agravios y rearticular a la nación. Decir fuerte: ¡No estamos solos! Podemos hacerlo, como lo hicieron hace 17 años los zapatistas.

Qué sigue para Sicilia después del 10 de junio

Después del 10 de junio no se qué haré, habrá que esperar, depende de todos. Yo simplemente me declaro como una voz moral que convoca y por la cual hablan muchos dolores y agravios. Voy viviendo día tras día, no sé que pueda pasar mañana.

Mi vida cambió totalmente, dio un giro, pero soy el mismo, sólo un poco más público y con un compromiso moral por mi hijo, que me puso aquí. Mi hijo ha logrado reunir todos los dolores de esta nación.

Sin todos los abrazos, las muestras de afecto, el amor que he recibido, quizás no estaría aquí. Este país me ha abrazado mucho, han hecho mi dolor como suyo, y eso es una hermosa gracia, que no merezco y no merecía, que me ha permitido vivir y asumir con dignidad la muerte de mi hijo y reivindicar su nombre.

El deber sobre el derecho

A veces me gustaría volver a lo que era mi vida, a mis clases, mis talleres de poesía, escribir una novela, volver a la proporción real de mi vida. Pero ahora hay un deber, y antes de los derechos están los deberes. Mi derecho sería volver a mi vida, pero antes de ese derecho esta mi deber con mi hijo y lo que nombró mi hijo, lo que surgió a partir de eso.

Es el tiempo de las comunidades, el tiempo de quitarnos de la cabeza que hay mujeres y hombres providenciales. Poner tantas expectativas en un hombre o una mujer termina por decepcionar, somos humanos, y se construye un imaginario que debemos romper para reconocernos todos con la misma dignidad.

La alegría reúne pero el dolor une

En estos dos últimos meses me he encontrando con la parte más bella de México, la parte agraviada y adolorida… como yo. Esa parte que logró nombrar sus dolores, sus muertos, sus agravios, la situación de inmensa inhumanidad que vivimos y, sobre todo, el amor.

Mi padre me decía: “la alegría reúne pero el dolor une”, y creo que es lo que nos estamos dando y seguiremos dando. Estamos haciéndonos una de las primeras justicias que nos habían arrancado y que nos debíamos. Estar con la soledad de los otros se traduce en una gran comunión que se expresa en una movilización, con los sectores más sensibles.

Creo que lo más hermoso en estos meses es el cómo nos unimos en el dolor, y cómo ese dolor en el silencio se volvió una hermosa comunión que se ha vuelto una gran demanda frente a los agravios de un gobierno que está podrido.