miércoles, 29 de enero de 2014

Discurso de Sergio Rodríguez Lascano a nombre del Movimiento Insumis@ Zapatista en el acto del SME

Buenas tardes-noches compañeras, compañeros, compañeroas.

(Hoy nos informaron que murió el compa Kuy Kendal. Los responsables directos de ese crimen son: Enrique Peña Nieto, Manuel Modragón y Kalb, Miguel Ángel Osorio Chong y Marcelo Ebrard y son ellos los que tienen que responder. Dedicamos este mensaje que leeremos a continuación a la vida de lucha del compa Kuy Kendal).

En noviembre de 1999, el Subcomandante Insurgente Marcos dio una conferencia en La Realidad, Chiapas, con el nombre ¿Cuáles son las características fundamentales de la IV Guerra Mundial?, en ella realizaba una descripción apretada, pero muy exacta, pensamos nosotros, del llamado neoliberalismo.

Ahí, entre otras cosas, se decía lo siguiente:

“Aquí surge un problema. El producto de la anterior guerra debía ser un mundo unipolar -una sola nación que domina a un mundo donde no hay rivales- pero resulta que, para hacerse efectivo, este mundo unipolar tiene que llegar a lo que se conoce como “globalización”. Hay que concebir al mundo como un gran territorio conquistado con un enemigo destruido. Es necesario administrar este nuevo mundo y por lo tanto globalizarlo.

“La concepción teórica que da fundamento a la globalización es lo que nosotros llamamos “neoliberalismo”, una nueva religión que va a permitir que el proceso se lleve a cabo. Con esta Cuarta Guerra Mundial, otra vez, se conquistan territorios, se destruyen enemigos y se administra la conquista de estos territorios.

“El problema es qué territorios se conquistan y reorganizan y quién es el enemigo. Puesto que el enemigo anterior ha desaparecido, nosotros decimos que ahora el enemigo es la humanidad. La Cuarta Guerra Mundial está destruyendo a la humanidad en la medida en que la globalización es una universalización del mercado, y todo lo humano que se oponga a la lógica del mercado es un enemigo y debe ser destruido. En este sentido todos somos el enemigo a vencer: …

“Esta Cuarta Guerra Mundial usa lo que nosotros llamamos “destrucción”. Se destruyen los territorios y se despueblan. A la hora que se hace la guerra, se tiene que destruir el territorio, convertirlo en desierto. No por afán destructivo, sino para reconstruir y reordenar. ¿Cuáles son los principales problemas que enfrenta este mundo unipolar para globalizarse? Los Estados nacionales, las resistencias, las culturas, las formas de relación de cada nación, lo que las hace diferentes. ¿Cómo es posible que la aldea sea global y que todo el mundo sea igual si hay tantas diferencias? Cuando decimos que es necesario destruir los Estados nacionales y desertificarlos no quiere decir acabar con la gente, sino con las formas de ser de la gente. Después de destruir hay que reconstruir. Reconstruir los territorios y darles otro lugar. El lugar que determinen las leyes del mercado; he aquí lo que está marcando la globalización.

“El primer obstáculo son los Estados nacionales: hay que atacarlos y destruirlos. Hay que destruir todo lo que hace que un Estado sea “nacional”: la lengua, la cultura, la economía, su quehacer político y su tejido social”. (Hasta aquí el texto del Subcomandante Marcos)

Después de la ley que modificó el artículo 27 y 28 de la constitución para dar paso a la privatización de PEMEX, algunos hablaron de cambios epocales, sin embargo esos cambios se han producido en el mundo desde 1980 y en México, desde 1982.

Esos cambios tienen por lo menos dos vertientes; arrasar con lo que a lo largo de tres siglos representaron conquistas de los trabajadores del campo y la ciudad, que se lograron dentro del capitalismo mismo y, reorganizar el dominio del capital, no solamente para reorganizar el proceso productivo sino para llevar a cabo una reorganización-desorganización de la vida (la economía, la política, las organizaciones gremiales, los partidos políticos, etc).

Ya en 1992 con la reforma agraria salinista al poner en el mercado a la tierra, no sólo se dejó a cerca de 25 millones de campesinos sin posibilidad de acceder a la tierra y garantizó la transformación del sistema productivo, o lo que llamamos la economía moral del campesino mexicano sino que sentó las bases para lo que hoy es la privatización del suelo y el subsuelo de todo el territorio de lo que alguna vez fue México.

Hoy, muchos de los que gritan “traición a la patria” son los mismos que cantaron las glorias de la destrucción del ejido y los bienes comunales. Digo si queremos que la memoria no pierda la batalla frente al olvido siempre es conveniente tener presente esos hechos.

Entonces, desde los años 80, en México se ha llevado a cabo una transformación global en contra de todo lo que signifique organización social.

No se ha tratado únicamente de golpear a los más pobres sino igualar hacia abajo a todos los trabajadores del campo y la ciudad. Cuando desde el poder se agrede a los electricistas, maestros, pilotos y azafatas, productores de aguacate o limones, metalúrgicos, etc. Es que se está dispuesto a todo, hasta quedarse sin ninguna base social, con tal de lograr esa destrucción-despoblamiento; reconstrucción-reordenamiento.

Pero se equivocan los que piensan que esta política de arrasamiento ha sido llevada a cabo por un puñado de políticos.

El viejo estadista es hoy también pieza de museo. Al interior de la clase política se ha dado una dinámica de darwinismo social al revés, el más tonto sobrevive y aparenta estar en el poder. Pero no es posible equivocarse. Toda esa política de transformación radical en México y el mundo no se hace en los despachos de los secretarios de estado, se diseñan en otro lado, en las sociedades del poder, en los centros neurálgicos del gran capital.

Desde ahí emanan las órdenes para que los diferentes integrantes de la clase política jueguen a debatir, o a hacer como que algunos están muy indignado. Para que, por medio de los medios, se genere la sociedad del espectáculo. La política como parte del entretenimiento.

Y, mientras, al mismo tiempo, se aprueban leyes que buscan criminalizar cualquier tipo de expresión de descontento.

Por eso no deja de ser una mala broma eso de que en la Ciudad de México se vive una anomalía ya que existe un gobierno de izquierda en medio de un Estado de derecha. Un gobierno, como el del señor Mancera, que sube el boleto del metro en un 66 por ciento, que pasa leyes contra la protesta social; que crea auténticos cercos policiacos para, limitar hasta la extinción, el derecho de manifestación, es totalmente funcional al régimen priísta, porque ambos sirven al mismo amo.

La única anomalía real, a ojos del que domina, es que existamos seres humanos que decimos NO.

En medio de ese panorama es que nosotros decimos no hay nada que hacer allá arriba. No se trata de una obsesión mal sana en contra de la clase política sino de algo, un poco, más de fondo. Ahí ya no está el poder.

Digo con lo que pasa en Michoacán ¿Alguien todavía puede todavía pensar que existe el Estado?

Como nunca el Estado puede ser caracterizado como “una banda de hombres armados al servicio del capital”.

Desde luego que sabemos que existe corrupción de la clase política pero nosotros no quitamos el dedo del renglón esa corrupción es totalmente eficaz a la forma de organización del capital. Para ponerlo en una nuez: lo que se va a robar Beltrones o Peña Nieto con la reforma energética es una broma a comparación de las ganancias que va a obtener la Shell o la Britsh Petroleum. Por eso nuestra lucha es contra el capitalismo y no simplemente por cambiar una forma de gobierno.

¿Por dónde empezar?

En medio de ese panorama alguien podría sacar la conclusión que no hay nada que hacer, que ya fuimos derrotados. Pero no hay que olvidar, que en uno de los tantos rincones que forman nuestra nación, sí la nuestra, la única que reconocemos, la de la gente de abajo, unos pueblos han levantado una forma muy otra de vida.

Frente a la muerte que se enseñorea por todo el país, frente a la destrucción que ha hecho que cerca de 10 millones de mexicanos emigren hacia los Estados Unidos, frente a la destrucción de una buena parte de las conquistas de los trabajadores del campo y la ciudad, etc. Ahí, en los pueblos zapatistas, se construye la vida, nuevas relaciones sociales donde no domina el capital, donde no existe una clase política que medre robándose el dinero de la gente. La idea de que otra vida es posible no es un slogan moral, una consigna para la galería sino algo real que se está construyendo todos los días por medio de la triada zapatista: luchar-resistir-organizar.

Estoy consciente que a todos nos puede parecer un poco remoto lograr una autonomía con esas características. Pero no es posible seguir pensando en lo gigantesco de la tarea.

Toda tarea grande tiene como inicio pequeñas tareas. Qué buscamos. Cambiar el mundo. Cómo lo vamos a lograr ayudando a generar nuevas relaciones sociales, creando comunidad. Dónde iniciar, ahí donde vivimos, trabajamos o estudiamos. Ahí en las calles, nuestro hábitat.

De hecho en muchos lados eso ya comenzó. Algunos ejemplos. En la lucha infatigable de los compas de la UVYD y UNIOS, que no sólo se dedicaron a reconstruir vivienda después del sismo de 1985 sino a generar espacios de cultura y organización popular. Lo que los compañeros del Frente Popular Francisco Villa Independiente (UNOPII) han logrado en la generación de un espacio de poder popular como lo que han hecho en la Polvorilla. Como la impresionante lucha de nuestros queridos compañeros braceros que se han rehusado a aceptar las limosnas que el gobierno les ha querido entregar a cambio de su trabajo. Como la lucha que nuestros compañeros del Partido de los Comunistas han realizado con las viudas de Pasta de Conchos, que poniendo la dignidad por enfrente, no han aceptado tasar los cuerpos de sus esposos y ellas siguen empecinadas con el clamor justicia. Como la incansable lucha del Colectivo de Maestros con Sexta que llevan años por evidenciar que sí es posible construir un otro sindicalismo, o como nuestros compañeros de Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez que no sólo han desnudado la hipocresía del poder sino que han generado nuevas relaciones sociales en su lucha por impedir la explotación de las trabajadoras sexuales. Y, también, en el caso de los compas anarquistas que hacen de su insubordinación forma de vida y hoy son atacados por las buenas conciencias, tanto de derecha como de izquierda. Y todo esto sólo para poner algunos ejemplos.

Nosotros queremos decirles a ustedes y a todos los colectivos de la Sexta, lo mismo que a todos los que luchan en este país contra el sistema de dominación capitalista, que desde este momento que marca la fundación del Movimiento Insumis@ Zapatista: estaremos con ustedes, que aprenderemos de ustedes, que seremos sus compañeros y que juntos construiremos otro México, otro mundo, donde no haya más arriba y abajo; donde no haya explotación que permite que unos pocos ganen todo sin el sudor de su frente y el 99 por ciento vive en condiciones de miseria. Donde no haya despojo y se restituya a los pueblos el control de su tierra y de su territorio. Donde no haya desprecio y discriminación por el color de su piel o en contra de las mujeres o de nadie por sus preferencias sexuales. Donde no haya represión y las armas estén donde les corresponde, encerradas en las bóvedas más profundas.

Sabemos que lo vamos a lograr porque nosotros también venimos del color de la tierra, porque como nunca es necesario recordar ese pensamiento que le otorga destino a nuestra geografía: que abajo del cemento está la tierra. Abajo del cemento está la raíz. De esa raíz somos y a esa raíz nos debemos. Somos como el árbol que rompe el cemento y se ramifica hacia abajo, con la ilusión de algún día tocar la raíz del árbol de la selva lacandona

Viva el EZLN

Vivan los pueblos zapatistas

Vivan los colectivos y organizaciones de la Sexta

Vivan todas las luchas del pueblo mexicano en contra del poder.

Ciudad de México a 25 de enero del 2014.

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